sábado, 21 de junio de 2008

El anillado


El anillado de los pájaros es una labor imprescindible, cuando los pollos tienen en torno a 6 ó 7 días hay que proceder a anillarlo con una anilla cerrada, de aluminio, con una numeración que indica la federación, le año, el criador y el número del ejemplar. Si no pertenecemos a ninguna federación se pueden adquirir anillas no federativas, pqeo que registran el número del ejemplas y el año, y permiten demostrar que el ejemplar es fruto de cría en cautividad. Al crecer la pata la anilla no puede ser extraída, y sobre todo, no se le puede colocar una anilla cerrada a un ejemplar adulto.

El calibre de la anilla para los cantores de áfrica y los canarios de mozambique es de 2,4 milímetros, menor que el de los canarios de color. Este calibre se emplea también en canarios de raza española. No se deben emplear calibres superiores, porque no servirían para nada, al haberse podido colocar a ejemplares adultos, y además tendríamos gran riesgo de accidentes por causa de esa anilla de tamaño inadecuado.

Para insertar la anilla en la pata, hay que hacer pasar primero los tres dedos delanteros, hacer correr la anilla con cuidado a través de la articulación del pié y echarla hacia arriba por la caña d ela pata hasta hacer pasar el dedo posterior, he tratado de indicarlo en estas fotos.

Los ejemplares que se ven son dos cantores de áfrica, nacidos el pasado 13 de junio y que he anillado el viernes 20 de junio. Están siendo alimentados por el padre y la madre y de momento se están desarrollando con normalidad.

El anillado no es obligatorio en esta especie para su tenencia, por ahora, pero nos permite concursar si estamos federados, controlar e identificar nuestros ejemplares, demostrar que son criados en cautividad en caso de venta de ejemplares, etc.

El anillado conlleva un riesgo, hay algunas parejas que tratan de retirar ese elemento extraño de sus pollos, y los arrojan fuera de los nidos o los lastiman las partas. En esos casos puede oscurecerse la anilla, cubrirla con un esparadrapo que la disimule el brillo, aunque hay casos en los que no queda más remedio que dejar la nidada sin anillar si no queremos perderla. Depende mucho del grado de mansedumbre de la madre y el padre, y de su costumbre de ver elementos brillantes. Para evitarlo, podemos poner a nuestros ejemplares sin anilla una de aluminio abierta, que les permite acostumbrarse a este elemento, aunque no siempre es aceptada por todos los ejemplares.

Suerte con vuestra cría y que anilléis muchos pajarillos.

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